Tinta rosa sobre los pelos de blanca pluma
del pelo de las plumas,
pluma de pelo grácil.
El plumaje de un ave
que cruza volando lento
por los campos llenos de cipselas
que son removidas por los oxigenarios;
seres celestes e invisibles, que soplan riendo.
Más arriba la escena es vista
en la pantalla de pocos bitzes
de un autor olvidado
de juegos arcade llena su pieza
de máquina de escribir y olor a encierro.
Tablas negras y cian, candado cerrado por fuera
luces de flúor
estatuas de yeso y posters de filmes antiguos.
A la calma de la cama
un animal sin vida en su imaginario
un peludo fuccia
es la ilusión de su compañía
Por suerte pudo tapizar las
paredes de terciopelo azul
y el piso con cálidos corcho y goma;
como la que se tragó mi tía
antes de la última remodelación.