Donaciano Bueno

Alepo, una flor

Alepo. Cuando termine la guerra,
cuando acabe esta guerra, ¡qué osadía!,
se acabará por fin tu vida perra,
te cogeré en mis brazos y haré mía
si es que brazos me quedan todavía
pues no hubieran quedado bajo tierra.

Y si brazos no tuviera, ¡madre mía!,
-angustiado por los males del horror-,
para soñar, a dios me aferraría
apretándome a su cuello alrededor
y seguir así creyendo en ese amor
que hoy me impulsa a tener melancolía.

Y aún si sólo así quedara el resplandor
pues me hubieran segado la cabeza,
deseo me confieras este honor,
-perdona si me invade la tristeza-,
de que mi alma descubra la grandeza
de la insigne belleza de esa flor.
©donaciano bueno

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