Cyrene

Huecos de mar (a un poeta triste)

 

Este pálido dolor que adivino en tu mirada

se asemeja a esos huecos de mar, albinos,

que, como orillas desnudas arañan el alma.

 

Aquí, en tu palabra, ha encontrado mi pupila

tu jerga que apostilla con su lábaro

en la cima desafiante del verbo,

 

(asoma un vendaval en los campos de trigo)

 

con las cortinas tupidas de silencio

acabo de heredar desasosiego.