AZULNOCHE

CADA TARDE...

 

Cada tarde a mi lado,

por estas rosadas paredes

sus pupilas recorrían traviesas

cada flor, cada espejo, cada detalle...

Una pregunta y otra

y otra más

como una niña

 no se cansaba de preguntar,

queriéndo hacer

queriéndome siempre ayudar.

 

La magia se encerrada

en sus hoyuelos

cerca de la claridad azul de sus ojos,

esa, que al deslumbrar

caía encima de

mil estrellas fugaces

apagando su brillo.

 

Sus palabras

llenas de sabiduría,

de ese rico y profundo

 lenguaje castellano,

su estar y cercanía

llenaban mis tardes de alegrías.

 

Y así,  cada tarde,

la vida me traía su especial regalo,

 la vida generosa ella

me hacía un guiño,

me sonreía...

¡Y yo lo sabía!

 

Mil gracias Vida.

 

15-12-2016