mario mena mena

Finges que falleces

Seguramente era inevitable que te fueras

así, en pasos lentos, como se deshace la tarde

pasando de sombra a realidad y luego a nada

quedando la pregunta de qué eres tu y qué soy yo.

 

Me parece que no es la primera vez que partes

que en realidad naces y mueres muchas veces

pero sólo botas la piel y vuelves a quedar conmigo,

enrollada y silenciosa en el fondo oscuro de mi alma.

 

Y yo sigo asomado por estos cristales negros

convencido que en realidad mientes tu muerte

que vas por mi tiempo, sutil sombra transparente

ser de rapiña que espera verme caer definitivamente.

 

Haz batallado sin éxito por volverme tu

porque en una de tantas me de por vencido

que renuncie a la vida que yo se que tengo

y siga tus falsas promesas del desierto.

 

Aquí estoy como una imperceptible luz azul

esparcido en gotas luminosas en la sombra

palpitando en medio de tu negrura sin fin

sobreviviendo una vez más a mi propia muerte.

 

Me queda claro que en realidad no haz muerto

que mientes, que siempre finges que falleces

con tu vieja estrategia que parezca que no existes

y tu lenguaje inmenso de un interminable silencio.

 

Que ambos vivimos aparte, que somos diferentes

aunque andes entre mi piel y mis pensamientos

que cuando me vaya me soltarán tus garras de sombra 

y yo volveré solo y libre a la luz que pertenezco.