Jorge Briceño

La lluvia en la ventana

Me fundía más a tí con cada día en que faltabas

la inesperada lluvia me angustiaba

y a esta esperanza por conquistarte con cada gota segaba. 

Desesperado por verte, imaginé que

en ese andén escampando me esperabas;

con un beso mi sed saciabas y

abrazadas nuestras almas, 

los relámpagos ya no nos atemorizaban.

La conversación no fluía, pero no parábamos de reírnos,

cada trueno era una excusa para sonreírnos.

Plegarias al cielo volaban para que la lluvia no cesara

y esa noche ilusoria frente a la ventana jamás terminara...