Juan Pablo Mendoza Salazar

Voluntad

En esta altura del diafragma, en la que tu

cabello se desliza como una

manzana rodante, el cuerpo de

cada uno de esos seres largos

y enjutos se entrelaza y me

deja en el destierro de mi mismo.

 

A esta altura del rascacielos las

pestañas del celeste se advierten 

vacías y oxidadas de lamentos.

 

A esa altura tu voluntad no se puede

infectar, debe de mantenerse fresca y aromática.

A esta altura de la vida tu voluntad se esgrime entre mi

pulmon derecho, y recubre una

minuciosa parte del izquierdo.

 

!Oh pero que bonito ese canario 

que te sale por la boca!,

es negro y débil pero en sus ojos

se ve de lejos lo que aclamas, se

ven tus cicatrices cubiertas de mármol

y esculpidas en el lienzo de aquel

lomo del silencio.

 

 

Se ve tu voluntad quebrantada

y dislocada

como errante ya con el amor

hecho humo pudriendose en tu memoria.