Max Hernandez

Una lágrima....

 

Sentado en silencio, frente al monitor que absorto y mudo me acompaña, miro sin ver las letras que poco a poco se convierten en nada, letras que se clavaron en mi corazón y mi alma cual mortal daga...

 Una sola y simple frase fue suficiente, para destruir todo el universo que había construido con mis sueños, con mis suspiros y con mis versos, y en los cuales me gustaba sentir que estabas conmigo, mientras volaba libremente en ellos...

 Una frase, unas cuantas palabras, escritas por ti, que con la fuerza de mil volcanes, han causado destrozos irreparables en mi interior, y han traído la noche, donde antes la luz brillaba, y han traído un gélido frío, donde antes las flores la vista alegraban; y las múltiples melodías que nos acunaban, ahora se han convertido en silencio penetrante, en silencio que cala el alma; se han convertido en nada...

 \"Que seas feliz\", así acabas tu mensaje, de lo que pudiese haber sido una carta. Cómo puedes desear felicidad a un alma herida, a un corazón abatido, a un niño abandonado? Es acaso posible desear felicidad, cuando te separan del ser que amas? Mas aún, es acaso posible ser feliz, sabiendo que serán de otro tus besos, tus caricias, y tus tiernas palabras?

 Ya en el monitor no hay palabras, y el silencio de la habitación me envuelve en cruel y oscura mortaja. Mi corazón y mi alma están de duelo, pues tienen que enterrar al tierno amor que cultivaban, tienen que sepultar ese sentimiento, que nació limpio y puro, con grandes esperanzas, deben sepultarlo en una fría tumba solitaria.

Solamente quedarán los recuerdos de aquellos maravillosos años, cuando creí que éramos uno para el otro, que éramos las mitades perfectas que nos habíamos encontrado, y que iríamos juntos de la mano, conquistando nuestros sueños, creyéndonos dueños del mundo entero, y soñando con llegar a viejos así, amándonos,  y siempre tomados de las manos.

 Una amarga y triste lagrima rueda por mi mejilla. Es tan salada, es tan amarga, que lastima mi piel y quema mis labios al rodar por ellos. Una sola lágrima se lleva todos los sentimientos, que nacieron hermosos y bellos, y que ahora, unidos a este amargo momento, se irán con esa lágrima, y se esfumarán para siempre, en la triste soledad del silencioso y sucio suelo...