Donaciano Bueno

Cuando nacen las horas

Cuando nacen las horas, al comenzar el alba,
cuando empieza el silencio despacito a rezar
la luz se hace notar y el sol asoma su alma,
me asocio con la calma y empiezo a caminar.

Soy como dijo un tipo que de escribir sabía
un viejo, un peregrino, un simple caminante,
un émulo cansino de un burro, rocinante,
un rocinante, un burro que escribe poesía.

Soy para mis adentros otro no más que sueña
hallar un escondrijo, un techo, una posada,
y sale hacia su encuentro así cada jornada
y sigue a cada instante de todo haciendo leña.

Que ve en las mustias yerbas que encuentra allí a su paso
un pobre que aproxima pidiéndole clemencia,
y siente su amargura, perdiendo la conciencia
y clama al dios bendito porque no le hacen caso.

Sólo cuando oscurece, la tarde ya es sombría,
el cielo se ha enlutado, de pena está muriendo,
con el paso cansado retorna a su cuaderno
para esperar que nazca con suerte un nuevo día.
©donaciano bueno

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