14

Lejanía

Eterna roca dormida

prendida en mi viejo mechero,

ilumina de amor la travesía 

de mi corazón viajero.

 

Obligada fue mi partida 

hacia el inmundo vertedero,

esfumose la rebelde fantasía 

con mi joven jardinero.

 

¡Qué rápido caí rendida

a los ojos oscuros del moreno!

¡Ay qué triste fue mi ida!

 

Atrapada en un velero,

en un bucle sin salida

naufragó mi corazón sincero.

 

Desesperada por la vuelta tardía,

recuerdo su fragancia de romero

y lloro lágrimas de valentía 

pensando en él, mi jardinero,

soñando que no se olvida

de lo que lo amo y lo quiero.