No son tus demonios
Los que habitan en tus ojos.
Es la magia cautiva
De tu espíritu.
Que castiga.
Y se refleja en tu sonrisa,
Con ternura inocente.
No es la angustia acumulada .
O tu mirada triste.
Que no te deja ser serena.
Es el brillo de tus ojos .
Relucientes.
Los que me dicen lo que eres.
Es sólo pasado que debes dejar de lado.
Para ver el presente.
Ven al instinto .
Ven al destino.
Ven al sentir.
Cae dulcemente.
Entrégate y cae sobre mi,
Si te atreves!
Cae nuevamente.
Como néctar perfumado.
Sobre mi piel.
Sobre mi mente.
Sobre mis brazos que te envuelven.