la flaca

Decime...¿Sentís algo por mí?

 

¿Sentís algo por mí?

 

- me tenés abrazada, eso ¿te dice algo?

 

Quiero creer que sí, quiero creerme la historia de que soy especial, ya sé que nadie te toca si no querés, pero también sé que con vos el tocarte va más allá de este contacto que me tiene el estómago vacío, casi insulso si se trata de tocarte el pensamiento.

 

¿sentís algo por mí?

 

-¿necesitas escucharlo?, ¿es tan importante que lo diga?... le das mucho peso a las palabras, estás aquí, ¿eso te dice algo?.

 

Me esfuerzo por sentirlo y creerlo, no preguntar… sólo creer que estar aquí me da un lugar, pero cuando te veo entiendo que este espacio no significa nada si vos no estás igual. Necesito creer que es el mismo espacio en el que estamos y el mismo lugar el que ocupamos, para eso tenemos que sentirnos uno dentro del otro, vos estás dentro y ni siquiera puedo precisar el lugar que ocupas en mí, presiento que me inundas, el problema con eso es el sentimiento de naufragio que dejás.

Decime, ¿Cuál es tu naufragio?

 

-cada mañana que te respiro y amanezco sobre tu espalda ¿te dice algo?, ¿necesitas oírlo, necesitas el eco una afirmación que resuene todo el día en tu cabeza?, no basta tenerme aferrada a tu espalda como si fueras la tabla que me salva del naufragio que es la duda… ¿no es suficiente el no soltarte?... ¿tengo que sentarme frente a vos a hablarte de este sentimiento para que te des cuenta de que estoy acá?, decime ¿qué es lo que querés oír, que no te basta mi vida a tu lado?.

 

Necesito escuchar que sentís algo por mí.

 

-y yo necesito que sintás algo por mi sin necesidad de escuchar.

 

Sabes que es así, yo siempre te digo lo que siento por vos.

 

-yo nunca lo pedí, yo no lo necesito, me basta tu mano aferrada a la mía, tu espalda cada mañana, me bastan tus ojos miedosos, me basta que no prefieras otro espacio, otro lugar, tenés la libertad de elegir, me basta tu elección cada día. Pero si vos por alguna razón que no entiendo, necesitás escuchar algo te voy a decir…

 

Me desarma tu ausencia, no soporto tus viajes, no sé cómo controlar la angustia en privado aunque cuando llames esté siempre a la altura de tu seguridad, odio pensar en el mañana, me cansa el futuro siempre tiene la probabilidad de tu huida, alcanzo tus manos a veces sólo para sentir que no me hundo, mis noches más tristes son las que te necesito, me gusta elegirte no necesitarte, elegirte te da ese lugar en mi pensamiento necesitarte me lleva sólo a tu cuerpo, oírte, palparte, desearte dentro, esa necesidad me abruma, me deja indefensa y entonces comienzo a odiarte, me gusta elegirte porque siento que te amo.

 

Espero que me elijas fuerte, entera, segura, que no te contente mi debilidad es el lado que menos te ama… es el único que necesita hablarte, lo mejor de este sentimiento no tiene en mis palabras referente, vas a tener que aprender a elegirme a pesar de tus dudas… vas a tener que sentir que estás en mi pensamiento cuando sólo enmudezco.