nelly h

El Yaguareté

Plateando la noche serena, la luna 

Se asoma entre la fronda vegetal.

La quietud y la selva. La calma aflora.

Allá un ave nocturno, un grito vivaz,

se escabullen serpientes sigilosas 

Quebrando el lento y pesado silencio.

 

Libre y silencioso. Este es su mundo.

El yaguareté no tiene fronteras.

Su frontera, el hombre lo demarcó.

Peregrina la noche buscando su presa,

cauteloso entre hojarascas y enredaderas

Detiene su marcha, una aguada lindera

el instinto le dice, alimento hay acá.

 

Allí permanece oculto y paciente,

Entre claros de luna se ven audaces

Las manchas oscuras en su dorada piel

sus ojos brillantes destellos  esmeraldas.

 

Todo su porte alerta está ante una señal.

Allá se aproxima raudo un pequeño venado.

Sigiloso también, husmeando el peligro.

Aguarda el yaguareté, cuerpo agazapado

para dar el zarpazo certero y mortal.

 

Es la eterna lucha por la subsistencia,

no es odio, ni maldad, ni perversión.

solo hambre, siglos de siglos hace, que ya es olvido.

Serena la noche, reposa el furtivo cazador. 

 

Solitario, silencioso, dueño de su ámbito.

No comparte su presa, ahí está con su entremés.

Como custodiando los restos de su festín.

Satisfecho. Ha saciado su sed de cazar y comer.

 

La espesa selva es su morada natural

Al hombre lo reconoce como intruso engendro.

Destructor lesivo de lo que es su lugar.

Peligroso aniquilador de su mundo vital.

 

¡Yaguareté majestuoso por tu fortaleza!

¡Debilitado por la voracidad del hombre!

¡Masacra tu futuro al devastar la naturaleza!

 

 

Nelly h

02/12/16

Argentina