Araceli Vellber

Diciembre es asi.

Seré tu contrapunto que precede

al cambio de tu sístole a diástole,

el blanco de tus ojos

cuando empiecen a teñirse de rojo,

la sed que augura el primer trago

y aquel humo que nunca salió del cigarrillo

y se quedó colgado en el techo del mundo

y no me importaba volver a pintar las paredes

de las habitaciones,

me entristecía que volvieran a quedarse vacías.

Y es que cuando mis besos no fueron suficiente amarre

y recurriste al abordaje de un velero en mar tranquilo,

yo quedé varado en aquella playa

con escasa agua,

demasiada brisa,

y escaso de equipaje

intentando buscar aquel tesoro del pirata bucanero

que todas las noches jugaba en mi sueño.

Aquel tesoro, fueron tus ojos.