Kevin_AfGo

La palmera que daba corazones rotos

¿Por dónde debiera empezar este poema?

Son tantas las cosas que te distinguen…

y tanto lo que me deslumbra…

¡Ya sé!

Hablaré de la copa escarlata

que alumbra tus mágicos e indecisos dátiles

que son verdes como la Amazonia cuando el sol

osado se atreve a mirarlos, y

azules cuando le concedes a la luna en ellos

reflejarse.

Tal es la concepción de tu mirada

que tu tronco, como Polifemo, se yergue

magnánimo para imponer tu

libre e indomable

espíritu sobre los condenados, los traicioneros.

¡HE AHÍ LA VERDAD!

Pues son rotos los corazones que

pretenciosos

creyeron que podrían poseerte,

desafortunados al perder tu gracia, tu

favor para probar tu fruto latiente.

Algún día Neleida arbórea…

algún día, algún vástago de Eros

digno de tu don, se deleitará

con la visión de tus dátiles

y

no los mantendrá en su mano,

ni en su muro,

sino los sembrará para demostrar

que todo aquello que rompió, alguna vez creará.

Pues no eres una simple palmera, eres el

árbol escarlata de marina pasión.



Fimbultýr