Esteban Mario Couceyro

Esperando el encuentro

Estoy  frente a ella

en distintas mesas

pero las miradas nos unen.

 

Hace ya tres días

que en la misma mesa

la veo sentada, solitaria

como yo mismo lo estoy.

 

Tres días llevo esperando

que alguien llegue

a mi mesa, se presente

y yo le responda

hace tanto tiempo, fue el último verano” .

 

Ella, siempre allí

tiene una singular belleza

entre los treinta y algo más

el aspecto de una madre

La imagino en la intimidad

lactando a su hijo

su mirada, me llega perturbadora

sesgada por los cabellos apenas rubios

lleva la copa a los labios

sigue mirándome velada por el cristal

que deforma la imagen de mis pensamientos

Deja la copa

dedicando su atención a la ventana.

 

La luz sobre la cara

libera esa serena belleza

que mira sin ver, la vida afuera

veo las manos, crispadas en la servilleta

a punto de una tormenta

sigue mirando afuera, no se qué.

 

Ya se pasa el horario del posible encuentro

mientras ella, apenas discreta mira su reloj

con un dejo de contrariedad, busca en su cartera

algo que no encuentra

nuestras miradas, una vez más se confunden

intento una sonrisa que seguramente sale mueca

ella huye por la ventana, su mirada

se levanta

mostrándome una vez más su armoniosa figura de mujer.