Dejando de lado el dolor, la tristeza, el tiempo, la verdad, la razón, el temor, las adicciones, la vida y la muerte. ¿Que nos queda?
¿Que es eso tan importante que nos mantiene deambulando por el mundo sin tener claro que viene mañana?
¿Que viaja en dirección contraria y se estrella contra nuestras vidas al segundo siguiente?
¿El hecho de haber nacido es suficiente razón para aguantar toda adversidad y sufrimiento que arremete contra nuestra existencia?
¿Aprender a resistir y conocer nuestros límites son la enseñanza de la historia? ¿Que gano yo al final de los días con el hecho de seguir persistiendo?
Llega un minuto cada día dentro de mi en que los interrogantes se duplican y los cuestionamuentos se hacen insesantes. Es ahí cuando quiero dejar de pensar y aunque no lo consigo, la puerta que conduce mis dudas al mundo se cierra y por fin guardo silencio.
¿Será esta una manera más honesta de existir? ¿Quizá alejando mis dusdas del mundo, doy paso a otras generaciones a que sigan inocentes de la verdad que considero cierta? ¿Quizá ellos puedan vivir sin darce cuenta de lo que cuesta todo esto?
Paulina Dix