Diaz Valero Alejandro José

Romancero atardecido III

 

Tu rostro ruborizado

cual crepúsculo en la tarde

anuncia que en plena noche

pueden cambiarse los planes.

.

Veo aletear tus pestañas

como aves alzando vuelo

presurosas por la brisa

que viene anunciando invierno.

.

Ay qué hermosa caravana

las que forman tus suspiros,

son el aire camuflado

que al insuflarme me alivio.

.

Me agrada el silencio roto

por tu amoroso susurro,

que despierta mis sentidos

de ese sueño tan profundo.

.

Cuando contemplo extasiado

la sonrisa que te adorna

primaveras escondidas

descubro de cierta forma.

.

En el altar de tu alma

soy el creyente confeso

que lleva el alma en la mano

con el catecismo abierto.

.

Mariposa tú que aleteas

por la primavera movida

esparce polvo de amor

en mis horas vespertinas.

.

Yo corriendo calle abajo

tú corriendo calle arriba

extraño paralelismo

trazado a nuestras vidas.

.

Tu sombra corre tras de ti

para que así no presumas,

de tantas lágrimas negras

que la vista no te nublan.

.

Dilatando sin dolor

tus ojos paren estrellas

formando constelaciones

aunque nadie pueda verlas.

.

Hay en tu boca de almíbar

dulzura de miel añeja

donde mis besos no duermen

la brevedad de su siesta.

.

Yo soy ese fiel feligrés

en el altar de tu cuerpo

siente presencia divina

que me alimenta por dentro.

.

Tus miradas de colores

son inviernos y veranos

son el verdor y la sepia

de los campos alfombrados.

.

Hay un camino infinito

por donde sigo tu huella

dibujando el horizonte

con pinceles y acuarela.

.

Tu cabellera huele a viento

tu mirada sabe a lluvia

acompasando tu vida

con infinita ternura.

-----------

Autor: Alejandro J. Díaz Valero

Maracaibo, Venezuela