Siempre quise ser fuerte,
empecé a escribir,
como el que empieza a latir.
Quise ser una fiera,
cuando no llegaba ni a cachorro,
y pasan los días,
mientras me ahogo.
En mis venas solo hay sueños,
de esos que te hacen cerrar los ojos,
que rompen los miedos,
te hacen volar.
No sé nada de la métrica,
no sé de rimar para gustar,
y no sé si me quieres.
Hice el mayor de los equilibrios,
de tu mano,
este es el precio,
de haber saltado.
Porque no quiero olvidar,
confundí tú sentir con mis lágrimas,
de ahí el error,
pues yo no supe valorar tu amor,
y tú...
Tú no supiste besar mis miedos.
Ahora busco sonrisas,
risas insonoras.
Busco el pegamento definitivo,
ese que me curará,
o quizá el final me sanará.