argantonio

Sobrevivir en el desierto

Niños perdidos, aunque estén con sus madre,

se mueren de hambre.

Ellos no saben por qué

han venido.

Y se preguntan si éste es el mundo prometido.

 

Ponédle una escuela libre, y sin mancha con

un jardín con sus flores y sus ramas.

 

Que aprendan a amar, de verdad que es conocerse

a si mismo y al mundo, que besen cuando llegue el

tiempo de expresar los sentidos.

Que solo sientan pudor cuando no se atrevan y se

confundan con la inocencia.