el inspirado

Amor, absoluta fuerza del alma enamorada...

A veces, como una hoja acariciada 

por el suspirar de la primavera,

en el fondo de mi alma, tu imágen 

inmaculada, tiembla;

o a veces, como una tierna gota de rocío

que resbala sobre la verde hierba,

en el centro de mi corazón inflamado,

tu imágen tiembla;

otras, en la alta noche, como la luz 

que titíla una lejana estrella,

en el estro que alberga mi mente, 

tu bello ser tiembla:

¡tiembla porque es puro y divino!

¡tiembla cual corazón de quimera!

¡tiemblas amor mío,

mariposa de seda,

porque comprendes que el amor verdadero

es absoluta entrega!

Y yo que, absorto, contemplo

cada ángulo de tu silueta,

cada región de tu alma,

cada pensamiento que en ti despierta:

¡oh, soy dichoso de poder amarte 

con todas mis fuerzas!