argantonio

El símbolo de la paz

Ahí viene una nueva oleada,

casi en vuelo rasante,

son los mismos de antes,

no cesan, vuelven a las andadas.

 

A veces una de estas naves vuelve sola,

y se separa de la formación,

pliega las alas y el timón de cola,

y aterriza con precisión.

 

No es una máquina de matar,

ni es el pájaro de hierro,

tan temido por los humanos.

 

Soy el símbolo de la paz,

soy un espíritu y nunca yerro,

y soy venerado por los cristianos.