J. R.

Correr

Correr: resbalar. Volver
a empezar.


Lentamente,
insomne alma latente
adelanta indiferente a locura pensante,
expectante y con el miedo pertinente
clavado desde entonces siempre
con martillo de bauxita en la frente,
asistente auxiliar siempre que estalla
errante y sin aviso la enfermedad durmiente
que deja amarillenta y maloliente,
húmeda, casi, y demente
a la bomba que, por natura

y desde que fluye mente pura
por este misterioso ente, llena el caudal
y lo bate caliente. La sangre fría
es, no obstante, un invento
del instinto precisamente,
nunca una constante
mortal.

 

Desear,
insistir, querer subir
por el río aquel monte.
Caer vertical
sin perder de vista
la línea ambigua del horizonte.

 

No mirar por encima del hombro,
tener otra perspectiva. Ser hombre:
sentarse erectus y sentirse escombro,
polvo a la deriva.

 

Mañana o pasado, más tarde
será el día de nuestra criba.
Hoy no: hoy late todavía
fuerte en mí la vida.