Cuestionando mis temores me encuentro a solas en el sillón de una sala, oscura como mi alma, los sonidos están ausentes, la noche oprime los ojos que no quieren soñar, esta noche no hay sueño, ejerce protagonismo el insomnio rebelde.
Noche de frío acompañante de soledades, de desvelos y de amores sin un consuelo, me acompañan los temores disfrazados de ingenuidad, ha huido la alegría, se fue junto con la ilusión. El corazón aún late con poca fuerza bombea sangre, sangre que navega entre las venas y enciende la vida, sangre que no imagino.
El amor es el misterio que me ha quitado esta noche el sueño, interrogantes se asoman y la fantasía es un simple vuelo.
¿Cómo se puede amar tanto y después no sentir nada? Si parece que fue ayer que por ti mi vida daba, ¿Cómo? si tu huella aún está caliente, en las sábanas de mi cama sigues siendo mi presente.. No hay olvido de mi parte simplemente se fueron mis ganas de amarte, sin motivo o razón solo algo es cierto, el amor se acabó.
Me contradice el alma y los demonios burlones, entre si fue querer o malquerer deshonesto. Un impostor del amor me hizo creer que te amaba, sintiéndolo verdadero. En su momento lo fue, amor sin medidas de mariposas revueltas y aceleración imprevista, de sentidos desconfigurados y palpitar desafiante. Amor de ensueño, completo, de los que te hacen soñar y tocar el cielo. Un amor que hasta ahora no he sentido similar a cualquier otro pasado, amor de vida, amor que juro siempre voy a recordar.
Pero no comprendo el momento en que la ilusión se esfumó, las mariposas volaron y el cielo se desplomó se murió el afecto existente, mi corazón marchitó las ganas de tenerte cerca, y la monotonía ayudó a centrarme en soledad y decirle a la razón que el desencanto me envuelve y este corazón ya no siente lo que alguna vez sintió.