Ayer me he mirado en tus ojos,
tormenta de cielo sin alma.
Resisto lanzar mi alarido
impaciente, sollozo solitario.
Congoja del alma oculta
tras el velo pasional de madrugadas
envueltas en soledad.
Es mi manto de rubíes la
llamarada que cubre dulcemente la
hoguera de mi beso en tu boca.
Denébola es lejana luminaria
de mis noches danzarinas.
Fulgura en círculos salvajes
la selva fecunda en danza sagrada.
Y te alejas.
Y muere el esplendor agitado
tras tu vagabundo olvido
sobre mi cuerpo,río de fuego.
Esclava
aún sin tenerte,
te fundes en cada gota fugaz
sobre mi piel mojada.
Seré la lluvia cantarina o quizás
el silencio perpetuo de la luna,
cegando de un golpe la penumbra.
Asomará mi nombre en tu copa
burbujeante.
¿Silueta de estrella o mujer?
Ketty Tittarelli
D/R