POR LA BOCA MUERE EL PEZ
 
 ¡Tener la boca ligera 
 en un necio es lo normal, 
 para él es natural 
 ser amigo del hortera; 
 ese que haciendo solo mal 
 se pasa la vida entera!
 
 Nuestra boca es muchas veces 
 causante de las desgracias, 
 con que a veces adormeces 
 ese hambre con que sacias, 
 las inconfesables falacias 
 de una cuna que tú meces, 
 donde terminan las gracias 
 y nacen los intereses. 
 
 Tenemos la fea costumbre 
 de buscar imperfecciones, 
 en quienes por sus acciones 
 hacen de la nada lumbre; 
 sin observar las prisiones 
 que producen nuestra herrumbre, 
 vendida como porciones 
 por quienes llegan a la cumbre, 
 y así marcar posiciones 
 dentro de la muchedumbre.
 
 Joanmoypra