Adrian Labansat

EL TEMBLOR DE LOS TÁLAMOS

 

Fuego despavorido  que en la despedida mostro sus cenizas

dejé sobre  tálamos el temblor de los incendios apagados

labios  perdidos en el infierno, se siguen calcinando los besos,

tristes tocan el polvo.

 

Mis ojeras desveladas cuelgan  de unos anteojos rotos,

el pequeño mueble retiene el calor de los cuerpos,

remonte palabras encima de camellos muertos por la sed,

la melancolía  ha inundado los desiertos.

 

Estoy labrado sobre la cama la invocación de su fuego,

enterraré el viento ahora que el desierto nos desangre 

ahora que los espejismos  están zarpando

a la última exhalación donde busco sitios donde abrevar,

mi voz se derrumba en el fondo de la arena.