Te amaré aun presintiendo
que te voy a perder,
y me empeñaré en el intento
a empujones, a ciegas, sin saber.
Te querré hasta cuando muera,
aunque las cortantes manecillas del reloj,
cincelen una y mil muescas
en las paredes de mi corazón.
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¿Sabremos de cierto que lo que nos queda
en adelante será para la vida entera?
¿Seremos capaces de valorar en su justa medida
la oportunidad que nos ha sido concedida?
Elegir sensatez madura o falso orgullo,
potenciar o minimizar del otro el lado turbio.
Una línea delgada divide el equilibrio,
basta un paso en falso para caer en el hastío.
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Campoamor
m.d.a.c.