Rafael Parra Barrios

El Grillo de Dios!

Ayer fue el día soñado.

Por fin me llamaron

y con ojos húmedos,

quedé anonadado.

Lo que Ud. pidió Sr.

está aprobado.

Vengase mañana

a su nuevo trabajo.

Trémulo y calmado, 

le dije: Ya vuelo!

Acompañaré el sueño

y derretiré el hielo,

que congelaba mis deseos.

 Llegué con aliento, 

para iniciar la labor

que con talento

le imprimía color

al milagro de Dios! 

 Un grillo saltó

y me notificó.

Me acompañó

un largo rato,

y luego voló.

Su mensaje llegó

y todo recomennzó.