un poeta lirico

LA DUDA

  Abrió los ojos, sin ganas de nada, después de una noche difícil, como ayer,
como hacia muchos años, se levantó con calma, casi con displicencia,
se miró al espejo, !no se reconocía!, era el mismo !pero muy diferente!
otros ojos, otra sonrisa, antes tan limpia, y ahora tan sarcástica
tal vez un poco cínica, pero que le iba a hacer, es la vida se dijo a si mismo..
Uno no escoge como vivir, solo se sobrevive.. Pensaba esto,
al mismo tiempo que se vestía.. A lo lejos se escuchaba el bullicio de la casa
su mujer en la cocina con los deberes cotidianos, algunas voces de sus hijos
riñendo, la suegra con su voz de sapo intentando callarlos, y el se sentía
fuera, como si no perteneciera a esa su casa, con ganas de correr, de salir huyendo..

 

Terminó de vestirse, y bajó a paso lento como si quisiera que no lo notaran, se
sentía un fantasma, casi logró llegar a la puerta de salida, cuando la voz de la suegra
retumbó en sus oídos, paralizándolo -!otra vez te vas! ¿pues que pasa contigo? ya no
convives con tus hijos, no comes aquí, solo llegas borracho a dormir ¿ya tienes otra?
-usted no se meta balbuceó, y salió de prisa cerrando de un fuerte golpe la puerta
tras de si...
Se dirigió hacia el club social, donde se reunía con sus amigos sintiendo el malestar de
el ron del día anterior, el sol le calaba, y se sentía deshidratado, paró por un momento
sentía que le faltaba el aire, respiró profundamente y continuó a paso mas lento..
El lugar era sórdido, oscuro, un bodegón acondicionado de club social, había billares
mesas para jugar a las cartas, y beber, o solo platicar, entró un poco encandilado
cerrando los ojos como para acostumbrarse a la oscuridad, ya estaba el \"Catrín\",
su amigo de toda la vida, sentado en la mesa de siempre al fondo con una cerveza,
al verlo le hace una seña para que se acerque, continuó hasta llegar a el, se sentó
en una de las sillas tomó la cerveza del amigo y de un solo trago la bebió,
sintiendo que el alma le regresaba al cuerpo, buscó un cigarrillo en su bolsillo,
pero no traía, así que tomó la caja de los que había en la mesa y sacó uno displicentemente,
lo encendió lentamente y le dio una chupada larga, reteniendo el humo en los pulmones
para luego dejarlo salir lentamente, mirando al \"Catrín\" que lo observaba en silencio..


-Tienes mal semblante, le dice, parece que ya se esta haciendo costumbre, ¿donde dejaste
al hombre feliz que eras antes? parece que te estas consumiendo, ¿estas enfermo? dímelo
aquí entre nos, si no quieres que alguien lo sepa...
-!que enfermo voy a estar! , esta maldita vida que me tiene hasta la madre, estoy harto de mi casa
de mi suegra que se mete en todo, de mis hijos que no me hacen caso, de mi mujer antes tan amorosa
y ahora ya ni me pela, parece que no existo para ella, -pero si tu eras el mas orgulloso de todos  tu la adorabas, ¿que paso?..


-si te hago una confidencia me prometes guardar el secreto, mira que somos amigos desde niños
y es algo que traigo aquí en el pecho enterrado y no me deja vivir, -no me digas que te volviste
marica, jajaja, -!no te burles pendejo! yo con esas cosas no juego, -porque no quieres
sino yo te hacia el favor.. jajaja -!bueno lo vas a tomar en serio cabrón! dijo ya algo enojado,
-esta bien, ya dime que es lo que te pasa..


Le dio la ultima fumada al cigarro, apretó los dientes y lanzó una maldición...- ¿sabes que?
ahora mismo voy a sacarme la duda, diciendo esto se levantó sin darle tiempo de decirle algo..


Tomó rumbo a su casa rápidamente como si la determinación le hubiera dado fuerzas, llegó rápidamente
y abrió de golpe la puerta diciendo con voz fuerte, -!Cecilia! quiero hablar contigo!, dicho esto
la tomó de la mano y casi arrastrándola la metió a su recamara, y le soltó la terrible pregunta que
Salió patinando, tan veloz que ya no hubo forma de ocultarla y dejar que siguiera escondida entre
sus cavilaciones...


Era una duda que se había quedado atorada, atrapada entre dos verdades a medias y una mentira.
Por fin, se había atrevido a hacerla, La pregunta que le carcomió el alma durante tanto tiempo.
Esa duda que se llevo su tranquilidad por años, pero que en ese instante, !no supo como ni de donde!
sacó fuerzas y se atrevió a hacerla, aún a sabiendas de que, lo que vendría podría afectar
el futuro de su relación, y hasta de su matrimonio..
!Pero ya no pudo callar más!... Y así a quemarropa
soltó la pregunta maldita....


...-Dime capullo, ¿es hijo mío el negrito?...

 

  UN POETA LIRICO
Agil 07/11/2016