Andrés.

No Name N°4

Desde el bosque de los lamentos 

veo un niño corriendo;

su rostro espiraba miedo,

y la locura salía por sus ojos.

El cansancio lo alcanza,

al igual que los lobos,

sabe que tan solo la desgracia lo acompaña

y, sin más remedio cierra sus ojos. 

Al igual que ese indefenso chico;

yo tan solo veo,

veo los cosas que he dejado ir,

y lamentablemente morir frente a mí.