Alfredo Moreno Davila

OJOS DE ESMERALDA

OJOS DE ESMERALDA

 

Una gran piedra de esmeralda;

Fue extraída con sacrificio y cuidado;

Por un paciente minero;

Desde el fondo de una mina;

 

La llevó a un tallador amigo que le dijo:

Es una piedra de esmeralda de gran tamaño;

Y si la deja la convierto en una valiosa gema;

Después arreglamos usted y yo sobre el precio;

El minero asintió y puso la siguiente condición:

Acepto si me marca la piedra con estas letras:

VCTO.

 

En su labor de tallar la piedra;

El tallador sufrió un infarto y murió;

Al encontrarlo la empleada doméstica;

Decide coger la piedra y huir rápido de allí.

 

Durante el camino de huida;

La bolsa del hurto se le cae;

Y con la piedra de esmeralda adentro;

Esta termina al pie del camino principal;

Cerca de una vereda.

 

Jugando allí cerca;

Había una hermosa niña;

Que al ver la bolsa la recoge;

Y decide guardarla con sus muñecas;

 

Al llegar a casa, su madre ve la bolsa con la piedra;

Y al ver las iniciales en la piedra inscritas comenta:

Esto es de alguien por que tiene una marca;

Esa piedra contiene las iniciales de su dueño.

 

La hija le explica lo sucedido;

Pero la madre decide no retener la piedra consigo;

Decide mejor acudir al gendarme de la vereda;

Quien le dice: hace usted bien en entregarla;

Yo buscaré a su dueño;

Aunque su verdadera intención era robarla.

 

El gendarme lleva la piedra a la capital;

Y acudiendo al tallador más famoso le dice;

Tállela y conviértala en una valiosa gema;

Y le pagaré lo que me pida

Al iniciar el tallado de la piedra;

El joyero advierte las letras VCTO;

Y dice: esta piedra no es del Gendarme;

Por que yo conozco el minero;

que marca sus piedras con esas letras;

Y lo hace sólo sobre aquellas,

que no quiere tallar ni vender.

 

Al otro lado de la República;

En la camilla de un humilde hospital;

Yacía el minero enfermo de muerte;

Intoxicado con gases venenosos de la mina;

Y con un papel en su mano derecha que decía:

Mi testamento

 

El Joyero de la capital se desplaza hasta allí;

Ubicando al minero, después de tanto preguntar;

Y al encontrarlo, le habla de la piedra con las letras;

Y le pregunta sobre por que el Gendarme la tenía;

Y que significaban esas letras.

 

El minero le cuenta: Lo del Gendarme no sé;

Pero lo de las letras, estas significan:

“Verde Como Tus Ojos” ;

Por que yo sólo escogía y quedaba;

Con las piedras de esmeralda,

de verde igual a los ojos de mi hija;

Y como piedra preciosa sin pulir;

Así fue ella: rebelde y desobediente;

Quien salió muy joven de su casa;

 

Por ello, las piedras del color de sus ojos nunca las talle,

Con excepcion de la ultima, la cual quise dar,

Para ayudarla con la crianza de mi nieta,

La cual nunca conoci.

 

Luego dijo el minero:

Le doy mi testamento: Este indica el lugar;

Donde tengo mis piedras;

Con las iniciales antes indicadas;

Las dejo todas a mi hija;

Y la perdono de su rebeldía y desobediencia.

 

Sé que ella vive en una vereda cercana;

Cerca al camino principal;

Me han dicho que tiene una hija y sin marido;

Y ambas viven casi de la caridad.

 

Ayúdeme joyero con mi última voluntad;

Y el joyero le pregunta:

Como podré identificarla?

Ya que no hay foto y querrán suplantarla?

 

El minero contesta:

Es simple: escoja sólo aquella,

Con el color de ojos idénticos,

Al verde de mis piedras de esmeralda