Tu dolor ha llegado 
como una primavera 
que sorprende al otoño;
como creciente de un río seco 
que no avisa 
y te arrastra sin piedad 
a las profundidades de la angustia; 
como un tornado
que se ha alimentado de sueños
ilusiones y hasta de planes
y los ha usado para llevarte
a volar en las nubes 
y dejarte caer 
en una cascada de esperanzas vacías
que no tiene más fondo 
que un infinito que nada promete.
Tu dolor no es diferente al mío;
vienen de partes distintas
pero tienen un origen común;
son las mitades de un mismo quejido
que se han buscado
y hoy se encuentran;
que han nacido en la misma época 
y tienen el mismo fin;
que andan de paso
pero divididos 
no desean marcharse.
Tal vez 
es necesario dejar que se envuelvan
y se entrelacen 
para que depongan sus amarguras
trasnoches y desganos 
y encuentren la paz 
que tanto han buscado.
Quién sabe 
si esa paz 
los devuelve a los lugares
de donde han salido.
WBelDe
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