yito

Madre Ida.

 

Hacia mi rostro tu mano
con el último suspiro
tendiste y fue la caricia
la razón de que aun respiro

Fui semilla en tu matriz,
me hice hombre en tu regazo
y aferrándote a mis brazos
sonriendo, fuiste a morir

La primavera en tu piel
cedió su paso al invierno.
Tu pálido cuerpo abrigan
cuatro maderas de cedro.

Te buscaré en las estrellas
que cruzan el firmamento
tratando de hallar en ellas
de tus besos el aliento.