Andres Cordoba

Balcón de otoño

Las oscuras golondrinas

de mi frío balcón

vuelan a no sé dónde

y en no sé cuál dirección.

Vuelan las golondrinas

escribiendo versos

en un efímero atardecer,

hilando los arreboles

con las claras tardes

de las raíces de otoño

y entre las blancas nubes

parecieran desaparecer.

Aquellas golondrinas

que dejaron una rosa

en mi balcón

ahora vuelan a no sé dónde

y en no sé cuál dirección.

Las golondrinas que dejaron

la flor del amor

en mi frío balcón,

e hicieron que ésta

entre los barrotes se enredara

dañando con sus espinas

pero sanando las heridas

con su olor

vuelan a no sé dónde

y en no sé cuál dirección.

Tal vez os vea, golondrinas,

tal vez encontréis un hogar mejor;

tal vez reviváis la marchita rosa

que ahora hiere pero no sana

mi balcón;

y la brisa se lleva

fría y leve

los pétalos secos

de la flor que le dio vida

a mi frío balcón

a no sé dónde

y en no sé cuál dirección