Sandra Lopez Paz

ETERNIDADES

           

  La vida es eterna/en cinco minutos

                                          Víctor JARA

 

Pequeña

en los nudos de diciembre

escucho los ecos

 de la poesía salvadora.

Para esta época,

 cambio el plumaje

y me apresto al ritual

de la palabra encendida.

Me alcanza diciembre

para tu voz

para la calle mojada y silente

          la vuelta a los néctares

de acampar en mi hogar.

Respiro el cansancio eterno

y  aún en el sillón más noble

y compañero,

hay duendes apocados.

A mi casa bandeña

la celebraré constante

en códices de infancia

sellados en las ventanas.

Mágica y rosa eternidad

de sus paredes en desguace.

Dónde han quedado tus manos

                     tan americanas

por qué me saben

                     a la traición

de mi orfandad reciente.

Éxodos primeros

de las fábricas de sueños

de la vida.

No te  callen

la divina siembra 

no  cieguen en tu guitarra

los sacramentos del pueblo.

 Preludio agreste

de manos arrancadas

             y corazones encallados,

de palomas tempraneras.

Y esta lágrima eterna

sentada conmigo

a mitad del tiempo.

 Espero  a mi madre

 de regreso por las calles 

de eternas amandas.

Madre canción.

Te recuerdo,

             de abril a diciembre

te recuerdo.