Max Hernandez

Duele....

Te miro y no te reconozco. Donde quedó aquella soberbia figura que, a veces altanera, siempre orgullosa, con la frente en alto pero sin soberbia, se paseaba entre la multitud, como quien dice: soy único e irrepetible, y soy feliz por así serlo!?

La mortaja no hace juego con tu rostro. El madero inerte y el traje nuevo, con la corbata y el rosario en tu mano, no hacen juego contigo. Jamás usaste un Rosario en tu vida! Rezabas, es cierto. Siempre en silencio. Nunca en público, nunca a viva voz. Así me enseñaste a hacerlo. Usaste siempre tus mejores trajes para el trabajo diario. Nunca guardaste nada para después, ya que eras consciente que la vida es hoy, y el mañana es incierto.

Ayer me buscaste. Siempre fui tu preferido, no lo ocultabas. Te enorgullecías en forma desmedida de mis logros, que para ti siempre fueron excelsos. Y celebrabas con todos cada paso que daba en esta vida. A veces, muchas veces sentí algo de verguenza por tantos halagos. Pero me acostumbré a ellos. Y juntos gozábamos de cada uno de ellos. Sobre todo de los logros de tus nietos, por quienes te convertiste en un formidable abuelo...

Y ahora te has ido. En silencio. Sin mucha bulla, como siempre sabías hacerlo. Te miro y no te reconozco. Ya no eres el padre riguroso y soberbio. YA no mas. Ahora no se que es lo que hay en ese féretro. Solo se que mis sensaciones están al borde del desconsuelo. Que no se lo que siento, ni se lo que me está sucediendo. Solamente se que mi vida no será la misma sin tus palabras de aliento, sin tu orgullo desmedido de padre, sin tu amor sincero...

Duele. Ya sabia que iba a ser así. Ya he vivido muchas veces el dolor de ver partir a seres queridos. Y tantas veces me he dado el tiempo para consolar a otros a sobrellevar estos momentos. Pero igual duele, viejo. NO me puedo resignar a verte partir, no puedo...

Pero... Siempre me dijiste, que la vida ha de ser así. Unos llegan, otros nos vamos. Lo importante es haber vivido, y haber tenido amor en nuestras vidas. Y el haber logrado vivir a tiempo completo. El haber peleado por tus sueños, batallado a brazo partido por tus ideales, y el haber dado la vida entera por los tuyos... Es cierto mi viejo, tu hiciste eso y mucho mas.

Tuve la suerte de decírtelo. De poder abrazarte, y de poder llorar juntos, y también de alegrarnos y reír juntos.

Partiste en silencio. Fue rápido. Sin mucho sufrimiento. Y ahora nos dejas solos. A seguir el trabajo que empezaste. Y así lo haremos. Tus hijos y tus nietos. Se que ahora serás nuestro guìa allá en donde estés, sean los cielos o los infiernos. Y se que también me tocará partir, y que algún día nos sentaremos nuevamente juntos, esta vez con los abuelos. Beberemos a nuestra salud y a la salud del mundo entero. Y te diré que tuviste razón en todo, pero que siempre te equivocaste en una cosa mi viejo: los hombres también lloramos, cuando duele en el corazón y en el alma, y que hoy, me duele, y no se como describir esto...