Eber R. Guerrero

Usted, mujer.

Tal vez realmente no la amo, mujer

esa es la forma que encontré

de nombrar todo esto,

sentimientos y emociones,

remolinos de odio, de soledad,

mi falta de cariño y su abrazo,

el tiempo que muere con sonrisas,

su beldad superficial 

que no es tan bella

como todo lo demás de usted,

la grandeza de su presencia,

la armonía de los días buenos,

las batallas que tanto encendemos,

toda esa atracción

del polo opuesto, ¡ay magnetismo!

Su vehemencia y pasión 

contra mi desapego,

mi desengaño 

contra su felicidad e inocencia,

yo misántropo y usted, ay usted...

Y le confieso que con cada letra

del texto

me doy cuenta

de que en realidad si la amo, mujer