Diana Cosma

heridas

 

me golpeaste los sueños

sobre quién era yo

con tu herida de hierro

y con tus letras de hielo

y con tus ojos del cielo.

 

*

 

había escondido mi sol

entre los dedos de tus pies.

me había cubierto las mejillas

con un pañuelo

tejido con hilos de sentido

que nunca me ha pertenecido.

 

*

 

siempre llevabas seda

y cuando finalmente te atreviste

a mirarme a los ojos

no lograste fijarte

que tú eras la mariposa

 

y yo esperaba que te vieras

al espejo de mis lágrimas calladas,

enterrada viva en la esperanza

de algún día prestarte mis alas.

 

*

 

ahora sin tí

 

vuelvo

a mi alma

como a una casa abandonada

 

y le hago una sola pregunta

al eco:

 

¿qué estarán haciendo hoy

mis heridas

en algún casi desconocido rincón

de tu corazón?