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Como el sol nuevo de cada día,
es la incertidumbre que pasa aquí,
como los nervios que corren a ser lluvia,
y en la piel, atemorizar de espantos,
sin el sueño que aún no desvelas,
es el fulgor de una nueva alborada,
¡que es mañana!,
en la esencia primaveral,
donde es virtud y frío invernal,
queda maltrecho un camino,
sin sol ni lluvia,
sin destino ni rumbo,
porque es incierta,
¡la incertidumbre!,
que aún dejas aquí en el presente,
y siendo más pretérito,
quedo al acecho de un viernes de septiembre,
¡a la incertidumbre!,
de vivir sin ganas de vivir,
porque es el sol,
que da comienzo y un final,
en el día hacia la noche oscura…
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