Raiza N. Jiménez E.

Oda al Otoño.-



Las hojas multicolores zapatean con regocijo.
Vienen montadas en la brisa que las acuna.
La primavera hace tiempo trajo sus capullos.
Hoy, son sólo pétalos esparcidos para abonar
la tierra que, alegre recibe el humus de la vida.

Es sabia la natura que va y viene renovando a
la existencia de las afueras, no así, al hombre.
Piélago es el azar que, en su índole nace para
ir muriendo al ritmo de un tic tac sincronizado.
Nadie escapa al destino que juró la existencia.

Flor de placeres y sinsabores es la presencia
No hay lamentos prematuros del mañana, el
hoy nos acosará y, exigirá poder divagar libre.
Las promesas se percibirán con sospechas ya
que, nadie ha regresado del ayer, encarnado.

Muchos son los lamentos y las quejas insonoras.
Nacer es alegría para los que añoran al neonato
y dolor ingente, para los que ven partir al nacido.
Las promesas clementes de los mañanas animan
a los más atrevidos a consentir la flor de la vida.

No se puede huir de la posibilidad de la estancia.
Corto es el tiempo para estar, si es que logras ser.
Cuando se quiere huir de lo elegido por los hados,
deviene el hechizo y, ya no es posible renegar de
ser o estar en el gozo o la desdicha de este viaje.

!Has de saber que Satán luce tan agraciado o más
que los alados que invocas a acompañar tus sueños!

Raiza N. Jiménez/ 14/10/2016
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Foto cortesía del creativo Tito Sánchez...