YO CLAUDIO

LLANTO DE UNA MADRE.

Comienza a  caer la tarde, la noche se viene lenta

un rocío que cae suave mojando las espalda

del hombre que viene del trabajo llegando cansado a casa.

 

Un hijo viene desde lejos a descansar el fin de semana

su madre le espera para atenderle y prepararle sus ricas comidas

y un buen tazón de leche que le guarda para que se recupere 

de una noche de bohemia donde celebraba sus cincuenta años,

un medio siglo que el hombre ya traía a cuestas.

 

Cuídate hijo, le decía la madre cuando lo veía salir,

con lágrimas en los ojos rezaba pidiendolé a Dios 

que le cuide a su niño, porque no quiere mas sufrir.

 

Han pasado las horas, el hijo aun no a llegado 

la madre con su Biblia en la mano rezando por su hijo 

amado.

Porque me dejas tan sola hijo mío,

por que prefieres a los amigos el trago y yo que soy tu madre y te parido

me dejas tan de lado.

Te espero toda una semana con algo rico 

para atenderte con alegría, pensando tantas cosas malas que 

podrían pasarte en el trabajo y yo sin saber si estas bien, o enfermo,

no puedo dejar de preocuparme.