No he querido renunciar a ti,
no he querido renunciar a la verdad;
no he querido herirte con mis palabras
que parecen incitantes.
Respeto tu silencio en todo sentido,
en todas las ocasiones con su reposo.
Con ese vistazo que se escapa con gentileza,
con tus manos que hacen que tus dedos
me toque a su tiempo.
Extraño tu mirada, como extraño tu lenguaje,
que llenaban mi espacio de esa esencia sutil y frágil.
El misterio de tus caricias, que sin tocarme las sentía;
tu voz que sin decirme mucho ya la escucho
singular ese amor prohibido,
que sin ser mío lo extraño tanto sin olvido.
Te siento en mi piel, mi corazón te escucha,
mis ojos te ven, mis labios rozan los tuyos.
En la oscuridad de mi habitación
te veo reflejado en una nube;
una nube de deseos y te ves apasionante
como yo quiero, suavecito y tierno.
Deseos sutil y frágil a cada instante
bonitos e insinuantes,
prohibidos como ansiosos.
Deseos que llegan como un soplo
que se esfuman con el gemido,
roza la piel calentando todo el ser.
Deseo que naveguen con el aire y regresan elegantes,
justifico mis deseos, por tus deseos sutil y frágil.
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©Violeta