Wilson Amado Gamboa

Amores agudos, graves y esdrújulas

La doncella en sus brazos plácidos
pero flácidos,
quiso amar con pasión psiquiátrica,
no geriátrica,
y esperaba a un joven atlético,
no esquelético
y no al viejo de amor dramático
y algo asmático.

Al besar en sus labios pálidos
y algo cálidos,
y al tenerla en momentos sórdidos,
y tan mórbidos,
se adormece la mente mágica,
en la trágica
insistencia del cuerpo escuálido,
pero válido.

Los billetes serán amnésicos
y analgésicos,
permitiendo borrar la libido
de algo vívido,
y un anciano de ideas ágiles,
pero frágiles,
con la fría respuesta rápida
de una lápida.

En su cuerpo de historias mágicas,
y otras trágicas,
las caricias de mil fanáticos,
y lunáticos,
en las noches tan fisiológicas
como ilógicas,
con amores de azar, volcánicos
y mecánicos.

A pesar de las noches drásticas,
hay fantásticas
madrugadas de amor romántico,
bajo un cántico
de palabras que en pieles flácidas,
duermen plácidas,
y un amor que por ser poético,
es más ético.

¡ah! mujeres de andar errático
y emblemático,
¡ah! mujeres hermosas, místicas,
paroxísticas,
vendedoras de amor exótico,
algo hipnótico,
¡oh! temor de un pensar católico
y alcohólico.​