benchy43

DULCE MUJER QUE ESCRIBES.

 

No será difícil maginar

tus delicadas manos

hilvanando palabras,

pintando encendidas huellas

sobre paisajes de nubes pasajeras.

Seguro hay que observarte

como aquella que deja una caricia

a  un amor envidiable

hallado en un zaguán de estrellas

de una calle dormida.

Imaginar la comisura de tus labios,

tu sonrisa,

y  ese mirar que de pronto se pierde

y retorna

a remendar los versos

con un toque sutil

y a tu manera.

Quizás los musites y en ese cuchicheo,

tan suave como una matinal brisa,

entonen sus himnos

los pájaros de alambre

que ideaba Neruda

y enciendan las farolas

los gnomos de los bosques.

No será difícil atisbar

el reflejo  de tus ojos

en una taza de café,

para encontrarte

en toda tu ternura,

en toda tu dulzura,

como cuando le hablas

a las flores,

o eres canción de cuna,

o comprensión de madre.

Dulce mujer que escribes

no dejes que se apague

la luz de tu poesía,

deja que tus sentimientos fluyan,

enamora,

haz que tus versos lloren, rían,

canten,

se hagan eco de los ecos,  

lánzalos al aire

cual blancas mariposas

que liberó el paraíso.

 

Derechos reservados por Ruben Maldonado.

(Imagen de la web)