En el silencio de la mañana puedo escuchar tu voz...
enamórame de nuevo que aquí estoy frente a tí, en busca de tu amor.
Como las aves vuelan hasta encontrar su destino.
Este silencio en la madrugada hace un bello momento para expresarte lo que siento.
¡Dime que escuchas mi voz!
¡Dime que me amas!
El sonido de las aves me acompañan en este instante.
Una hoja cae en medio del bosque que se mueve con la suave brisa de verano.
El sol aún no aparece y todo está en absoluta calma.
Y yo sigo escribiéndote estas palabras.
Que diera porque todo permaneciese así para continuar inspirándome en tí.
Mi amor en este despertar siempre serás la guía en mi destino, el que robe mis miradas pero en especial mi corazón.
Caminemos juntos otro día más...
Por: Iris Ivette Campos
El Salvador