Nicko Schroder

Brindemos.

Lo siento,

de verdad lo siento.

Quizás algún día lo entienda,

quizás algún día ya no importe

y no sea más que otro recuerdo

y huella de crecimiento

en las arenas de la consciencia;

pero ahora lo siento.

Y tu, corazón mío, sigues allí latiendo

tan leal a mi, tan lleno de agujeros.

Puedo sentirte tan real como la pena que siento;

¿quién dice que el alcohol no sirve para curar heridas?

Olvida la receta médica, alza tu copa al cielo.

Brindemos, corazón...

brindemos.