malco

Sepias hojas

 

Sepias hojas

 

En el solar silencio del central boscaje
pasado el tiempo de húmedos verdores
pleno de luz en sus áureos clarores
caen de sus frondas el reseco ropaje,
pierden sin demora sus ocres hojas
dejando en la desnudez al arbolar ramaje
el suave viento de su marchitez las despoja
cubriendo de otoño al arbolado paraje.

Un manto bronzino deja tendido
ofrenda ritual de perpetuo signo
morir y nacer mandato divino
anuncio vital, complejo acertijo,
eterno girar de acendrado destino
que nada es eterno, renovarse es su sino.

Es breve el tiempo que hayamos vivido
sea una centuria lo permanecido
no es sino un soplo, un leve suspiro
del infinito espacio
en el universo expandido,
somos barro, somos polvo
somos huesos, cenizas somos
somos puntos suspensivos
anverso y reverso, confundidos
fuego candente, gélido frío
aguas que caen a un mismo río.

Somos apenas un breve instante
un punto de luz de existencia vaga
un vaho de humo esfumado y distante
rescoldo encendido, que al momento se apaga.

Somos la vida somos la muerte
atados con hilos de trama muy fuerte
somos vestigios de antiguos presentes
habitantes efímeros a su tiempo ausentes.