.Luz del alba.

Quise... No querer sentir nada

Quise ahogar todas mis lágrimas

en un pañuelo donde

solo podía ver tu nombre.

Quise no darme cuenta

de que mis ojos eran capaces

de encontrarte

en los lugares más umbríos,

por el simple hecho

de hallar más lejos del horizonte

la luz que los tuyos me daban.

Quise que el silencio

fuera lo único que de mí se oyera,

para tratar de negarme

la única realidad en la que vivía.

Quise volcar en mis acto

la nobleza que en el corazón llevaba

y acabé marchitándome

en un llanto de afonía inevitable.

Abrí la boca sólo un instante,

y las palabras se volvieron mudas.

Mi alma es una incesante tormenta,

como un profundo mar

donde sus olas iracundas

quebrantan las últimas huellas

de un navegante olvidado.

Llevo por dentro un desierto

donde la arena nunca se viste

con la luz de un nuevo día,

donde sólo la noche y la Luna

se miran en el reflejo

de un amargo sentimiento

venido a mí

como el que nunca espera nada.

Aguanté todo este tiempo tratando

de alzar la voz

sobre aquella mirada de ciegos ojos

que por no querer ver,

nunca pudo ver nada.

Hoy tengo el corazón cansado,

incapaz de aguantar más sintiendo.

Permanecí desde siempre

aguardando la espera

de lo que el destino jamás podría darme.

Conté cada segundo, cada minuto, cada hora,

pensando en el tiempo que faltaba

para volver a ver tu sonrisa,

y ahora desisto en la eternidad

de mi último lamento.

Quise olvidar por un instante

lo que mi alma callaba entre sus versos,

y acabé dándome cuenta

de que estaba enamorada.