Septiembre de 2016
Casa Madre. 19:42 P. M.
Hexadecasílabos.
Hoy quiero armar un poema y hablar de los que no están,
extenso quiero no sea, viajará hasta el más allá;
son tantos los que se han ido, cual la explosión de un volcán:
¡que mis versos crezcan tanto, igual que cayó el maná!
A veces fluyen las letras, con mucha facilidad,
otros días como este, debo salir con la pluma...
a ver dónde las encuentro, para hallar la libertad:
¡la vida sin ellas, creo, es la más estéril suma! ...
entonces llega la magia, a instalarse aquí en el pecho,
y tantas cosas sentidas, apiñarse quieren juntas...
como si en un torbellino, el espacio fuera estrecho:
¡acuden sin freno alguno, en bandadas las preguntas!...
¿por qué se nos fue mi padre? Teniendo aun edad corta,
generaciones enteras, mudo he visto desfilar,
en mis elucubraciones, un gran misterio me importa:
¡¿en cuál dimensión entonces, nos debemos encontrar?!
¡exactas corren las horas, formando días y semanas,
pasando luego los meses, el ciclo cumple cada año...
reflejo nos da el espejo, mirar podemos las canas:
¡adultos somos mayores: nos miran de otro rebaño!...
También yo tuve veinte años, cantar se escucha a los viejos,
pero es que multiplicados, conjuntos varios nos hacen;
a muchos creo es preciso, dejar de herencia consejos:
¡a los de más de cuarenta, las bellas cosas complacen!
Hay veces miro extasiado, el tiempo ya transcurrido,
y estoy en deuda conmigo, el podio habré despreciado;
un ángel siento susurra, adentro muy complacido:
¡tendrás meta coruscante, el ser lo llevas alado!
A quienes mutis hicieron: gozaron miles placeres,
constancia debo dejaros, radiantes cual maravillas;
renuncio ya a lo narciso, amaros quiero mujeres:
¡ponerle quiero gran sello, a estas letras sencillas!
JAIME IGNACIO JARAMILLO CORRALES
Condorandino